Luchadores callejeros
de mercancía a peso, de industrias tan pequeñas que caben en una cesta. Han pasado los años del comercio
puerta a puerta, del tira y afloja de vendedor y cliente. De vigilar el peso de
la romana y rebajar la peseta. Para acabar envolviendo la mercancía vendida en
un papel de estraza o de periódico. Y sin embargo, ¡era todo tan sencillo y tan
amistoso!
Foto recuperada de enero 2014.
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